Título:
دفء
الحب
En español “El Calor de Tu Amor”
Categoría:
M
Protagonistas:
Edward/Bella.
Disclaimer:
Los personajes son de la ingeniosa Stephenie Meyer, y algunos de mis
invenciones. Yo solo juego con ellos en mi maniática mente.
Summary:
En el interior del caluroso desierto su majestad Edward Anthony Masen Cullen Bin al Carera
reclamo a su futura reina, con la única intención de que le proporcionara un
heredero al trono y calentara por las noches su cama. Pero lo que nunca imagino
el apuesto jeque fue encontrase con una leona del desierto que no le pondría
las cosas tan fáciles.
Capítulo
I
El sonido parecido al del rugido de un león al asecho interrumpió
los sueños del príncipe Edward Anthony Masen Cullen Bin al Carera.
Edward sabía que no
se trataba de un león, todo era producto de los fuertes vientos que chocaban
con las rocas produciendo sonidos sorprendentes en el silencio del desierto.
El sol apenas se asomaba entre las nubes y estaba seguro
que se avecinaba una tormenta de arena. No había sido idea suya encontrarse
allí. Adoraba el desierto, era parte de su esencia pero en aquel instante
deseaba estar en cualquier otra parte del mundo, menos allí.
.......
—Tu abuelo te prometió a ella desde que llego al mundo. —dijo con
severidad el Rey Carlisle.
—Necesito más tiempo padre, aún no estoy listo para este compromiso.
—Edward, lo siento pero ha llegado el momento de que unas tu vida con
la mujer que ha sido escogida para ser la madre de tus hijos.
Edward se dio cuenta que en aquel tema jamás saldría victorioso. Se
incorporo del asiento y estrechó la mano de su padre.
—Partiré en unas horas al desierto.
—Estaremos esperando ansiosos la llegada de tu prometida hijo. —sonrío
el rey de Al Carera.
........
Ver
después de muchos meses al padre de su madre lo alegro. Luego de darse un
fuerte abrazo fraternal su abuelo no perdió el tiempo y lo guío hacia la tienda
donde se encontraba su futura esposa.
Normalmente
la tribu que lideraba su abuelo solo permitía que los novios compartieran
tiempo solo un mes antes del enlace, pero con su nieto había hecho la excepción
de permitir que la novia saliera de su hogar antes de casarse.
—Tu prometida te espera en aquella tienda. —Indico su abuelo con el
dedo índice. —Es una excelente y hermosa muchacha, que ha sido criada para ser
la perfecta esposa de un jeque (*) que pronto se convertirá en rey. —termino el líder beduino (*) con una sonrisa.
—Confío en tu buen juicio abuelo. —susurro Edward caminando hacia la
tienda.
Cuando entro en la tienda el sonido de las panderetas de las mujeres
de la tribu se hizo presente; anunciando como se dictaba la tradición la futura
unión del hombre y la mujer.
Lo primero que sus ojos captaron fue a la bajita figura que le daba la
espalda. Estaba cubierta por una tunica de color turquesa con bordados dorados
que cubría todo su cuerpo salvo las manos, los ojos y sus pequeños pies que se
encontraban cubiertos por unas sandalias bajas que eran diseñadas por las
mujeres de la tribu.
—Podrías mirarme. —la voz del jeque Edward sonó ronca.
Demuestra fortaleza Bella o se
sentirá dueño de tu vida.
Isabella estaba hecha un manojo de nervios. Desde que era una niña su
madre le había hablado sobre su matrimonio con el futuro rey de Al Carera y lo
dichosa, que debía sentirse por ser escogida para ser la compañera del futuro
rey.
Teniendo cuidado de no tropezarse giro su cuerpo para quedar frente a frente
con su futuro marido.
Los rumores no le hacían justicia a la realidad. El Jeque Edward
Anthony Masen Cullen Bin
al Carera era mucho más hermoso de lo que se imaginaba, era la personificación
de la perfección masculina.
Agradeció
estar cubierta por la tunica, así el no se daría cuenta lo ruborizada que se
encontraba, pero como la mayoría de las veces los poderes del desierto estaban
en contra de ella, el jeque frunció el
entrecejo y avanzo un paso hacia ella.
Bella dio
un respingo pero supo mantener la calma apretando los puños para no salir huyendo
de aquel lugar, debía ser fuerte no podía dejarse dominar por sus estupidos
nervios.
Seguridad, seguridad, seguridad…repitió
mentalmente
Con
cuidado el jeque quito el velo que cubría la cara de Isabella maravillándose
cada vez que caía un retaso de tela en sus manos.
—Nunca imagine que fueses tan hermosa... —susurro Edward acariciando
las mejillas de la muchacha y maravillándose del color rosado que
adquirieron.—Tímida, hermosa y con unos ojos desafiantes.—acaricio su nariz y
sus delgados labios con delicadeza.—Eres perfecta Isabella Marie Ornar futura
princesa Masen Cullen Bin Al Carera.
—Solo soy perfecta para darle un heredero y compartir su lecho jeque o
me equivoco. —las palabras de Bella salieron afiladas.
—Tienes una lengua muy afilada Isabella—rió Edward —Pero tienes razón
solo te necesitare para que me des un heredero o para calentar mi cama cuando
mi amante no se encuentre disponible.
La rabia que invadió a Bella la tomo totalmente desprevenida y su mano
azoto con fuerza la mejilla del jeque. Cuando vino el arrepentimiento y la
sorpresa ya era muy tarde.
Edward enfurecido tomo la barbilla de la mujer apretándola más de lo necesario. — No vuelvas a tocarme
en tu vida…Acaso no te enseñaron a respetar niñita, yo soy tu jeque me debes
respeto, lealtad. — apretó los labios con fuerza. —Debería castigarte por tu
falta, pero no habrá nada mejor que decirle a mi abuelo la clase de mujer que
supuestamente ha sido “educada” para ser mi esposa.
—No lo hagas te lo suplico. —imploro Isabella tocando el brazo del
jeque. —Si lo haces desterraran a mi familia y ellos no son culpables de mi
falta. —lagrimas de rabian bañaban el rostro de Bella. —Por favor, por favor…
La carcajada del jeque inundo la estancia provocando escalofríos en Bella
quien se encontraba entre rabiosa y asustada.
—Tranquila Isabella no le diré nada de lo ocurrido a mi abuelo, pero
no será por ti. —con arrogancia chasqueó los dedos. —No pienso avergonzar al
padre de mi madre. —acaricio los labios de la chica que temblaba de rabia y
miedo. —Eso sí…de ahora en adelante harás lo que yo ordene porque quiero que te
quede claro algo; yo soy tu dueño me
debes respeto y obediencia Isabella, tú eres mía sólo mía.
©
Luissy García 2011. Todos los derechos reservados.
(*)
Beduino: el nombre "beduino" se deriva de la palabra árabe bedu,
nómada. Se da el nombre de beduinos a los árabes nómadas
que viven en los desiertos.
(*)Jeque:
es un título de origen árabe aplicado a líderes religiosos o políticos a
nivel local, que también se utiliza para nombrar a la realeza de los pueblos árabes.
N/A: Solo ustedes deciden si esta historia sigue su curso…Si les gusta
o no….Sus quejas y sugerencias después que no sean ofensivas son bienvenidas.
Besos desde Panamá.
Luissy….Lu393
No hay comentarios:
Publicar un comentario