lunes, 24 de septiembre de 2012

Capítulo IX ¿Estéril?


Título: ¿Estéril?

Categoría: M

Disclaimer: Los personajes son de la ingeniosa Stephenie Meyer, y algunos de mis invenciones. Yo solo juego con ellos en mi maniática mente. Mis historias están registradas, así que dile No Al Plagio.

Summary: Isabella tenía miedo de que su matrimonio se acabará, especialmente desde que se había dado cuenta que no podía darle un hijo.

Capítulo IX

La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado.

Gabriel García Márquez



—Nos volvemos al encontrar—dijo.

Edward gruño al ver de quien se trataba.

Nuevamente frente a ellos se encontraba Jacob Black, el compañero de orfanatorio de Isabella.

Edward aún no comprendía porque ese hombre le causaba tanta empatía, en sus años junto a Bella había habido muchos hombres interesados en ella, pero aunque eso le había costado altercados con su mujer, por las escenas de celos que montaba, ninguno de aquellos hombres le daba tan mala espina como Black. Él no miraba a Isabella como un trozo de carne, en su mirada traslucía algo más y eso lo ponía de un humor de perros.

—Jake—musito Bella con una sincera sonrisa adornando su rostro. — ¿Qué tal estás? —le pregunto al moreno besando con cariño su mejilla.

—Un poco triste—respondió Jacob con un puchero. —No te has contactado conmigo.

Isabella como era de esperarse se ruborizo.

—He tenido muchas cosas que hacer los últimos días—se excuso Bella, acariciando por instinto su vientre.

—Pues saca un tiempo Bella, tengo algo interesante que proponerte.

Edward carraspeo.

—Señor Cullen—dijo el moreno extendiendo su mano.

—Black—casi gruño estrechándole de mala gana. —Lo que tenga que decirle a mi esposa, muy bien puede hacerlo frente a mí. —Beso los cabellos de Bella. —Entre nosotros no existen secretos.

Jacob se removió incomodo, por la advertencia en las palabras de Edward.

—Es sobre el orfanato. —explico mirando a Bella.

—Te llamare esta semana. ¿De acuerdo?

El moreno asintió.

—Fue un gusto verte Bella. —saludo alejándose—Cullen.

Cuando se perdió de la vista, Edward musito una grosería que fue reprendida por un manotazo de su esposa que le advirtió cuidar su vocablo frente a Danilo.


.
.
.
—Parece un extratirrestre—dijo Danilo observando desde todos los ángulos la foto de la ecografía—Será feo.

Una suave risa broto de los labios de Bella, que paso con ternura sus dedos por las mejillas del niño. Cuanto lo amaba…Aún se sentía abrumada por todas las cosas buenas que le pasaban últimamente, cuando se creyó en un túnel oscuro por su enfermedad encontró una luz de esperanza.
Sabía que tenia que lidiar con la endometriosis toda la vida, pues por muchas operaciones para extraer el tejido siempre iba a sufrir de dolores fuertes en su menstruación.

Pero la sonrisa de su marido, la palabrejas de Danilo y el nuevo ser que crecía dentro de ella valían esos dolores que sufría algunos días al mes.

—Así fuiste tú—le dijo señalando el punto que era su bebé—Y mira que guapo eres ahora, todo un hombrecito.

El pequeño sonrió orgulloso.

—Seré tan grande y fuerte como papá.

—Claro que sí mi amor, serás tan guapo como tu papá—tomo su mano—Ahora vamos a la terraza que es hora de almorzar.

Danilo protesto cuando Emily, la mucama coloco una sopa de vegetales frente a él. Hizo tal berrinche que Isabella por primera vez tuvo que reñirlo al ver como tiraba el plato de sopa salpicando a la pobre Emily y cubriéndose él mismo.

—No vuelvas a hacerlo—decía Bella cuando Edward entro a la terraza.

Su esposa limpiaba el pecho de su hijo que estaba salpicado por gotas de sopa. El pequeño Danilo tenía la cabeza gacha, cuando de pronto empezó a llorar con fuerzas.

—Ya tranquilo bebe—lo abrazo Bella consolando. —Pero no debes tirar las cosas, simplemente porque no te gusten, si esa sopa hubiese estado caliente te habrías lastimado corazón.

— ¿Qué ha pasado?

Bella le regalo una sonrisa tensa a su marido. —Danilo se ha mojado con la sopa. —respondió.

Edward iba a ser el amago de regañarlo y su esposa alzo la mano en señal que callara. Por favor, le rogo a través de sus ojos. Ya con su regaño lo hallaba suficiente.

—Saluda a papá corazón—lo insto Bella secando sus mejillas, mojadas por las lágrimas de arrepentimiento.

—Hola papá—susurro con voz quedita indeciso al acercarse.

—No me das un abrazo campeón—dijo su padre intentado sacarle una sonrisa al niño, por instinto miro a su mujer y vislumbro la sonrisa de agradecimiento.

Danilo corrió a los brazos extendidos de Edward, quien lo estrecho en su pecho revolviéndole el bello, las risillas del pequeño no se hicieron esperar y las de Bella tampoco.

La volvió a mirar y ella le guiño un ojo, enviándole con la mano un beso fugaz como solía llamarlos

Hace apenas unas horas estaba enterado del embarazo de Isabella y todo le parecía un sueño. No pensaba que pudiese ser tan feliz. En unos meses su esposa estaría redondeada por el embarazo y pensar en ello le provocaba un latigazo de deseo a su falo, la deseaba tanto…la amaba tanto. Jamás imagino que algún día en su camino se cruzaría con una persona tan pura, sencilla y bondadosa.

Isabella era un ángel.

—Cariño—murmuro Edward acercándose a su mujer para estrecharla entre sus brazos. Isabella hundió su cara en su pecho y aspiro su aroma masculino como tanto le gusta hacer. — ¿Cómo te has sentido? No has tenido nauseas, vomi…

—Solo nauseas—lo interrumpió acariciando su rostro y haciendo contacto con sus ojos para que se tranquilizara. —Siéntate—le ordeno—Emily no debe tardar con la comida.

La chica coloco la comida y un nuevo plato de sopa para el niño, quien esta vez la comió en silencio haciendo gestos de asco cada vez que llevaba una cucharada a la boca. Sus padres reprimían una sonrisa por lo cómico de la situación.

—Mañana salgo de viaje—aviso Edward llevándose a la boca una porción de gelatina. —Sólo será dos días.

—Quiero ir—dijo Danilo con entusiasmo.

—Esta vez no Danilo—le dijo su padre con una sonrisa triste. —Papá estará lleno de trabajo y no tendrá tiempo para estar con ustedes.

El niño asintió bajándola cabeza.

—No te estés triste bebé—susurro Isabella—Pronto planearemos un viaje, quizá podamos hasta navegar.

La sonrisa volvió a iluminar el rostro del niño…Que fácil era contentarlo.

***

— ¿Esta todo bien en las empresas?

—Sí amor, no tienes por qué preocuparte solo es un viaje por formalismo.

—Esta bien—Bella se quito la bata que cubría su cuerpo, dejando ver un baby doll color rosa con un lazo entre los pechos, la tela que cubría sus pechos era de encaje y dejaba ver sus pezones desnudos.

—Bella—susurro Edward con voz ronca acercándose a su esposa, coloco las manos en sus caderas y la apretó hacia su pecho. —Tengo tantas ganas de follarte.

—Entonces que esperas—musito Bella desabrochando los botones de la camisa de este, tocando sus tetillas, de un tirón la camisa estaba en el suelo.

Edward gimió moviendo sus caderas, embistiendo. Ella podía sentir su erección rosar con su pelvis, su centro ardía. Estaba húmeda, deseosa de sentirlo dentro de ella embistiendo suave, lento ni importaba como, solo lo necesitaba desesperadamente. Las hormonas se dijo, pero en el fondo sabía que no solo eran ellas, las que la tenían tan desinhibida. Era su necesidad de él y complacerlo en todo lo que pudiera…Recuerda Isabella que una mujer tiene que convertirse en una zorra en la cama…las palabras de Shioban jamás las olvidaría.

Dejando a un lado su timidez lo empujo dejándolo caer en la cama. Se sentó ahorcadas sobre su marido, pasando sus dedos por su pecho.

—Intentas matarme—gimió ronco su marido, los mordiscos y lamidas en su cuello lo tenían a punto de perder el control. —Carajo Isabella… ¿Qué intentas hacer? — Bella rozaba su sexo cubierto por la fina tela de la braguita sobre el miembro de su marido. —Necesito estar dentro de ti ya. —exigió arrancando las bragas de un tirón. Bella profirió un gritito, e impulsada por un placer cegador tomo el miembro de su marido entre sus manos y de un empujón lo introdujo dentro de sí.

 —Isabella—grito Edward sintiendo como las paredes del sexo de su mujer lo abrazaban. Empujando sus caderas hacia arriba dio inicio a una serie de embestidas duras que los llevo a ambos al nirvana.

.
.
.

Bella revisaba una de las gavetas del inmenso armario cuando le llamo la tención una tarjetita azul eléctrico, la tomo entre sus manos Jacob Black aparecía inscrito a lado de una imagen de un lexus.

—Es sobre el orfanato. —había dicho el moreno.

La palabra orfanato traía recuerdos dolorosos para ella, no era porque hubiese sido maltratada pero en todos esos años jamás se sintió querida por nadie. Todos los que trabajaban allí trataban lo menos posible entablar lazos con los huérfanos y ella tampoco estaba interesada en ello; no quería ilusionarse para después caer en la realidad de que estaría sola. No entendía como su madre había sido capaz de dejarla en ese lugar. Y pensar que si no fuese por los servicios sociales Danilo habría pasado por el mismo dolor.

Tecleo en su IPhone los números de la tarjeta y al segundo timbrazo le respondieron.

—Black.

—Buenos días Jacob, te habla Bella.

—He Bella no me esperaba tu llamada—musito con sorpresa el chico.

—Nos podemos ver en la cafetería de Jimmy en unas dos horas.

Así tendría tiempo de dejar a Danilo tomando su siesta.

Allí estaré Bella—confirmo el moreno.

Nos vemos entonces—termino Isabella. Esperaba que su marido no se enterara, no quería provocar una pelea.

 ©  Luissy García 2012.  Todos los derechos reservados.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Adelanto de ¿Estéril?



—Bella—susurro Edward con voz ronca acercándose a su esposa, coloco las manos en sus caderas y la apretó hacia su pecho. —Tengo tantas ganas de follarte.

—Entonces que esperas—musito Bella desabrochando los botones de la camisa de este, tocando sus tetillas.

Edward gimió moviendo sus caderas, embistiendo. Ella podía sentir su erección rosar con su pelvis, su centro ardía. Estaba húmeda, deseosa de sentirlo dentro de ella embistiendo suave, lento ni importaba como, solo lo necesitaba desesperadamente. Las hormonas se dijo, pero en el fondo sabía que no solo eran ellas, las que la tenían tan desinhibida. Era su necesidad de él y complacerlo en todo lo que pudiera…Recuerda Isabella que una mujer tiene que convertirse en una zorra en la cama…las palabras de Shioban jamás las olvidaría.

 ©  Luissy García 2011.  Todos los derechos reservados.

lunes, 11 de junio de 2012

Capítulo VIII ¿Estéril?



Título: ¿Estéril?

Categoría: M

Disclaimers: Los personajes son de la ingeniosa Stephenie Meyer, y algunos de mis invenciones. Yo solo juego con ellos en mi maniática mente.

Summary: Isabella tenía miedo de que su matrimonio se acabará, especialmente desde que se había dado cuenta que no podía darle un hijo

Capítulo VIII

La sorpresa es el móvil de cada descubrimiento.
Cesare Pavese

Dos rayas rojas…Positivo…Dos rayas rojas…

— ¡Oh Dios mío! —exclamo cayendo de rodillas en el suelo, mientras una cascada de lágrimas inundaban sus mejillas. —Voy a ser madre…Gracias Señor, gracias. — susurro Bella presa de felicidad.

Presurosa y con las manos temblorosas alcanzo su teléfono celular. En el segundo timbrazo escucho la voz de su marido por el auricular.

— ¿Sucede algo mi amor?

El sollozo de Isabella altero a Edward, quien gritando órdenes  de volver a casa colgó el teléfono, impidiendo que su esposa se explicara.

Bella bajo las escaleras y se sentó a esperarlo en la entrada, sabia que no demoraría menos de unos veintes minutos en llegar.

—Isabella—el grito de Edward mostraba lo alterado que estaba—Aquí estas pequeña—susurro al verla sentada en el pequeño recibidor. — ¿Qué ha pasado? ¿Por qué sollozabas? ¿Te sientes mal otra vez?

La cantarina risa de Bella, desconcertó a Edward.

Hace unos minutos lloraba desconsolada—Pensó confundido por los cambios de humor de su amada esposa.

—Cálmate vida mía—murmuro Bella besando su frente con cariño.

Edward no entendía absolutamente nada.

—Es cierto estaba llorando muy alterada, no fue en ningún momento mi intención asustarte—siguió diciendo
—Lloraba por una noticia maravillosa. —le comunico esta con una sonrisa.

— ¿Maravillosa? —inquirió dudoso.

—Sí…es maravillosa—dijo con una risita que le llego al alma—La quieres despacio o de sopetón (*)

—La quiero ya—exigió su marido ansioso.

—Seremos padres—rio Isabella encantada—Vamos a tener un hijo.

El rostro de Edward no traslucía expresión alguna, lo que alerto un poco a Bella. ¿Acaso no lo alegraba la llegada de un nuevo miembro a la familia?

—Yo…—susurro atónito— ¿Estás segura?

—La prueba es cien por ciento fiable—respondió Bella sonriente.

—Un hijo, un bebé—murmuro con el indicio de una sonrisa en su cara. —Tendremos un bebé mi amor—reacciono por fin abrumado por tanta dicha tomando a su mujer entre sus brazos.

Isabella luego de hacerse una prueba de sangre que le confirmara lo que ellos ya sabían, planeo la mejor forma de darle la noticia a su hijo Danilo, procurando que el pequeño no se sintiera amenazado por la pronta llegada de un nuevo miembro a la familia Cullen.

Lo llevo a un zoológico al cual el pequeño siempre había soñado ir. Miraron jirafas, leones, tigre, iguanas, etc. Cada vez que Danilo descubría un nuevo animal que solo había admirado por imágenes saltaba emocionado, rogándole  a su madre le tomara fotos para no olvidar nunca aquel día.

— ¿Has visto ese león mamá? —exclamaba fascinado, mientras Bella intentaba que se sentara en una banca.

—Lo he visto corazón—le respondió está risueña. —Ahora queda tranquilo un momento, debes almorzar algo y mamá tiene que contarte algo. —le entrego un emparedado y una vasija repleta de nuggets.

—Yupii—rio el niño de cabellos rubios y ojos verdes—Mi emparedado favotito.

—Favorito—lo corrijo Bella peinando con sus dedos su desordenado cabello, tarea que era imposible como en el caso de su padre. —Come y cuando termines hablamos ¿Sí? —dijo cariñosa.

Danilo asintió con vehemencia.

—He terminado—anuncio el pequeño veinte minutos después. —Dime ya mamá.

—Eres muy impaciente—lo regaño Bella con una sonrisa. —Bien, cuando tu eras más chiquito estuviste en el vientre—le indico señalando su panza—Creciste allí nueve meses y luego viniste al mundo.

El niño la observaba como si le estuviese hablando otro idioma.

—Bueno corazoncito, mamá va a tener un bebé—le explico acariciando las mejillas regordetas del pequeño. —Vas a tener un hermanito o hermanita  a quien cuidar y poder jugar con ella. —termino de decir nerviosa.

El pequeño frunció el entrecejo, pensativo.

—No lo querré jamás—exclamo de repente molesto, dejando a Bella atónita.

—Danilo ven aquí—lo llamo con voz ahogada a causa de las lagrimas que pugnaban por salir—Danilo
—repitió corriendo tras él, quien iba desaforado empujando a quien encontraba a su paso por el parque del zoológico.

Bella suspiro tranquila al ver aparecer a Edward quien con una agilidad asombrosa tomo al pequeño y lo apretó contra su pecho.

Los sollozos de su hijo le partieron el corazón, quiso abrazarlo de inmediato al verlo a salvo en los brazos de Edward, pero este le hizo una seña a que esperara que se tranquilizara un poco.

— ¿Qué pasa campeón? —pregunto Edward con tacto como si no supiese lo que estaba pasando.

Danilo aferro sus brazos al cuello de su padre, soltando un gemido lastimero.

—No querré al nuevo bebé, el me quitara a mi mamá, lo hará. —gimoteo separándose de su padre y limpiando con su manita su cara mojada por las lágrimas.

—No lo hará renacuajo—dijo Bella arrodillándose a su altura. —Los querré a los dos por igual, porque ambos son mis hijos. Al principio el necesitara muchos cuidados, como cuando tu eras chiquitito, pero para eso estarás tú que eres su hermano mayor, y nos ayudarás a papá y a mí a cuidarlo.

— ¿Seguro que no dejaras de quererme?

—Por supuesto que no mi vida, yo te querré siempre.

Las carcajadas del pequeño por los besos de Bella,  alegraron el corazón de sus padres.

Dos semanas después, los esposos Cullen se encontraban en un cuarto oscuro solo iluminado por la tuene luz de el monitor.

—Ese es el sonido del corazón de tu bebé Bella—dijo el doctor Gerandy subiendo el volumen. —Su ritmo cardiaco es normal para las semanas que tiene, así que no debes preocuparte porque lata tan rápido.

Isabella suspiro, sacudiendo la cabeza embargada por una emoción inexplicable. Aquel puntito que aparecía en el monitor era lo que había deseado tanto, y al escuchar el sonido de su pequeño corazoncito por fin se había convencido que era real.

—Santo cielo Isabella—le dijo Edward con la voz ligeramente quebrada; apretando con fuerza sus dedos entrelazados. —Cuanto te amo, gracias por darme este regalo.

Ella acaricio con la mano libre el cabello de su marido, sonriéndole con ternura. Luego de tanto sufrimiento, al creer que podría ser estéril, por fin la vida le daba una luz de esperanza.

—Imprimiré unas copias y podrás llevarte el CD con las imagines, y también con el sonido del corazón del bebé—informo el doctor saliendo de la salita, dejándoles un poco de intimidad.

Edward no apartaba los ojos de la pantalla, donde el doctor había dejado en pausa una imagen de su hijo.

—Mis padres llegan la próxima semana mi amor—dijo un alegre Edward—Mi madre no quiere perderse nada relacionado con la llegada de su segundo nieto.

—Lo sé, me ha enviado un email para que le ayude a encontrar una casa cerca a la nuestra—dijo Bella—Danilo se pondrá como loco de contento al verla.

—Claro que sí—rio Edward—Llegara su fan y consentidora número uno.

Esme Cullen, la madre de Edward hacia delicias del pequeño Danilo, era simplemente su adoración no había día desde que supo de su existencia que no llamara para pasar unos treinta o más minutos hablando por teléfono con él.

—Aquí tienen—dijo el docto Gerandy interrumpiéndolos—Nos vemos el próximo mes para otro chequeo y te diré que día hacemos la próxima ecografía.

 —Gracias doctor—Edward estrecho su mano con el médico.

—La enfermera te dará una bolsa con algunas cajas de pastillas y una receta para cuando estás se terminen.

—Muchísimas gracias.

Isabella le dio un fuerte abrazo.

Al salir del consultorio una agradable enfermera les entrego la bolsa llena de medicamentos y explico a Bella como debía tomarlos.

Cuando esperaban a que el valet parquin trajera su auto los interrumpió una voz ronca.

—Nos volvemos al encontrar—dijo.

Edward gruño al ver de quien se trataba.

©  Luissy García 2011.  Todos los derechos reservados.


viernes, 8 de junio de 2012

Adelanto de ¿Estéril?


—Ese es el sonido del corazón de tu bebé Bella—dijo el doctor Gerandy subiendo el volumen. —Su ritmo cardiaco es normal para las semanas que tiene, así que no debes preocuparte porque lata tan rápido.

Isabella suspiro, sacudiendo la cabeza embargada por una emoción inexplicable. Aquel puntito que aparecía en el monitor era lo que había deseado tanto, y al escuchar el sonido de su pequeño corazoncito por fin se había convencido que era real.

—Santo cielo Isabella—le dijo Edward con la voz ligeramente quebrada; apretando con fuerza sus dedos entrelazados. —Cuanto te amo, gracias por darme este regalo.

©  Luissy García 2011.  Todos los derechos reservados.

martes, 17 de abril de 2012

Capítulo VII ¿Estéril?


Título: ¿Estéril?

Categoría: M

Disclaimers: Los personajes son de la ingeniosa Stephenie Meyer, y algunos de mis invenciones. Yo solo juego con ellos en mi maniática mente.

Summary: Isabella tenía miedo de que su matrimonio se acabará, especialmente desde que se había dado cuenta que no podía darle un hijo

Capítulo VII

Prueba

De todos los derechos de una mujer, el más grande es ser madre.

El doctor declaro de alta a Isabella a los tres meses que pasaron luego de la operación. Lo cual la lleno de optimismo, pues sentía que esta vez las cosas irían bien.

Con una sonrisa se dirijo a la oficina de su esposo, quería compartir su alegría con él. Aliso su vestido con nerviosismo. Iba vestida con un traje gris oscuro de Armani.

 No sabía como expresarle a Edward el motivo principal de tanta felicidad por la dada de alta.

—Buenos días Zafrina—saludo con una sonrisa a la secretaria de su marido. —Mi esposo ¿está ocupado?

Zafrina una mujer de unos cuarenta años de tez morena, que llevaba años trabajando para los Cullens le sonrío con afecto.

—Buen día señora Isabella, no está ocupado en estos momentos y si la anunciará me mataría. —río al recordar cuando Edward le había advertido que todo lo que tuviera que ver con esposa y familia era lo más importante en su agenda.

—Cuantas veces tengo que decirte que me llamas Isabella o Bella, Zafrina. —la regaño cariñosamente Bella.

—Puedes pasar Bella—dijo Zafrina con un guiñó. —Le alegrarás la mañana.

—Me imagino que está un poco gruñón. —adivino Bella haciendo una mueca graciosa con sus labios.

—Has dado en el clavo, la cita que tenía prevista a primera hora nunca llego y ni siquiera se tomo el tiempo de cancelar y eso le agrio la mañana, pues se trataba de un hotel que hace rato quiere comprar.

—Intentare que regrese su buen humor. —musito Bella entrando a la oficina de su marido.

Edward se encontraba concentrado escribiendo algo en el computador, por lo que no noto cuando Isabella abrió la puerta.

—Te ves tan sexi trabajando. —susurro Bella cerrando la puerta.

Con una sonrisa torcida Edward se puso de pie y se acercó a su esposa tomándola de la cintura para besarla con pasión contenida. Bella respondió eufórica pasando sus manos por el cuello de él y apartando su boca para morder su hombro.

—No te esperaba por aquí amor. —murmuro Edward subiendo la falda del vestido de Bella, para acariciar el interior de sus muslos. —Siempre tan lista....tan húmeda. —susurro acariciando el centro de su feminidad.

Bella abrió más las piernas y cuando Edward introdujo dos dedos en su centro, las cerro con fuerza aprisionándolos, sus largos dedos eran magníficos y provocaban sensaciones esplendidas en cada célula de su cuerpo.

—Más rápido—exigió presa del deseo.

—No—dijo de pronto Edward sacando los dedos del interior de Bella.—¡Cielo Santo! no puedo creer como he perdido la cabeza en tan solo unos minutos, tu salud es mi prioridad y la he dejado de un lado a causa de mi deseo por ti.—mascullo para sí mismo.

Bella esbozo una sonrisa. Edward siempre había sido tan cuidadoso.

—Ya no debes preocuparte por mi salud.

Edward la miro confundido.

 —No debes preocuparte. —continuo Bella—El médico me ha dado de alta, lo que quiere decir luz verde para tener sexo.

Las mejillas de Isabella se cubrieron de rubor.

—Eso es fantástico mi vida—susurro Edward al tiempo que levantaba el vestido rompiendo con un jalón las bragas de su esposa—Extraño tanto estar dentro de ti.

— ¡Oh...!sí.....sí, sí, sí— gimió sintiendo como entraba en su centro cada centímetro del falo de su marido—Esto es maravilloso.

Edward la beso en la boca extendiendo su cuerpo sobre el de ella, besó sus pechos por encima de vestido y con un rápido movimiento quito la estorbosa tela que cubría el cuerpo de su mujer.

—No llevas sujetador—espeto frunciendo el ceño.

—El vestido no lo necesita—susurró Bella, y le rodeó el cuello—Deja ya de hablar.

Con cuidado Edward empezó a moverse dentro de ella, al tiempo que acariciaba y lamia sus pezones succionándolos como si se le fuese la vida en ello, llevando así a Bella al paroxismo del placer.

El empuje era suave por momentos y rápido por otros. En un momento él presiono con fuerza, para luego salir con mucha lentitud. Ella se quejo con un gemido, que provoco que el cuerpo de él se moviera casi con violencia llevándolos a ambos a la cumbre del placer.

—Esto ha sido maravilloso—susurro Bella con la respiración entrecortada—Espero que Zafrina no nos haya oído.

La carcajada de su marido resonó en la habitación.

….


Bella llevaba cinco días con nauseas y vómitos matutinos, que la mantenían preocupada. No quería hacerse de falsas ilusiones después de todo lo que había sufrido a causa de la endometriosis y si la prueba que reposaba en un cajón del baño resultaba ser negativa.

Sacudió su cabeza alejando los pensamientos negativos.   

Espero a que su esposo saliera a la reunión y que Danilo a pasear al parque con su niñera, alego un terrible dolor de cabeza para no asistir a la salida. El hermoso niño protesto, pero acepto que su madre no se encontraba bien.

Odiaba mentirles a Edward y a su pequeño bebé también, no le gustaba para nada que entre ellos hubiera secretos. Pero estaba se hacia necesario, no quería que el pasara por la decepción si se daba el caso que todo fuese producto de una falsa alarma.

—Se recomienda que se haga la prueba al despertar, pues la primera orina que por la mañana expulsas es la más útil, pues contiene grandes cantidades de hCG. —leyó Isabella con voz temblorosa.

Con cuidado Bella abrió la prueba evitando dañarla y se encerró en el baño. Sabía que Edward no andaba cerca pues esa mañana había salido muy temprano a una reunión para adquirir una nueva cadena de Hoteles en Sudamérica.

Los veinte minutos que explicaban en las indicaciones se hicieron eternos. Bella jamás se había sentido tan ansiosa en su vida. Camino de un lado a otro, se sentó en todos los rincones que le permitía el baño y con una profunda inspiración levanto la barrita blanca.

Dos rayas rojas…Positivo…Dos rayas rojas…

— ¡Oh Dios mío! —exclamo cayendo de rodillas en el suelo, mientras una cascada de lágrimas inundaban sus mejillas. —Voy a ser madre…Gracias Señor, gracias. — susurro Bella presa de felicidad.  

©  Luissy García 2011.  Todos los derechos reservados.